Hoy es 25 de mayo. Al menos lo es el día en que escribo y publico este artículo. Pero ¿qué tiene de especial esta fecha? Bueno, antes hay que darle un poco de contexto al artículo. Y para empezar, os lanzo una pregunta: ¿qué significa ser friki?
La palabra viene del inglés, de freak, que significa «extraño». Por eso, antaño, los frikis eran gente rara, fenómenos de feria expuestos en los circos y que destacaban por sus características y malformaciones físicas o habilidades peculiares: los siameses, la mujer barbuda, el forzudo, el gigante y el enano, el faquir, el eslabón perdido, el contorsionista… Vamos, una larga lista de estereotipaciones que hacían de gente de carne y hueso poco más que rarezas a las que sacarle rendimiento económico por exhibirlos.

Con el paso de los años, estos espectáculos desaparecieron en pro de los derechos humanos, pero el término se mantuvo para definir a cualquiera cuyo aspecto o comportamiento resultara extravagante. De esta forma, los frikis eran considerados gente rara, marginados antisociales que preferían vivir en sus mundos de fantasía o ciencia ficción, con sus juegos de rol y sus figuritas pintadas a mano; eran las personas que estaban al tanto de todo lo que sucedía en el mundo de la informática y las nuevas tecnologías, que se conocían todos los secretos de los videojuegos; individuos a los que se les calaba de lejos porque llevaban gafas de pasta, estaban más bien rellenitos y llenos de granos y su inteligencia era inversamente proporcional a sus habilidades sociales. ¿Veis? Más estereotipos.
Hoy en día, en cambio, los frikis lo invadimos todo. La era de internet ha facilitado que cualquier elemento cultural llegue a cada rincón de la sociedad. Los videojuegos son una de las industrias más lucrativas del mundo; las películas de fantasía, terror y ciencia ficción llenan las salas de cine, y las series de esos mismos géneros copan las plataformas de streaming; los juegos de rol y de mesa cada vez son más numerosos, variados y populares, pocos son ya los que no han oído hablar de Dragones y mazmorras o hayan echado una partidita al Colonos de Catan, Carcassonne o ¡Aventureros al tren!; la literatura de género vive una época de esplendor con nuevas generaciones y voces que no reniegan del pasado, pero que buscan reinventar el futuro.
Sí, lo friki está de moda.

Por supuesto, sigue habiendo gente rancia que se cree superior por no tener aficiones «de niños». Son personas que usan la palabra «friki» en un tono despectivo que dice mucho más de ellos que de aquellos a quienes la dirigen, solo porque les parece indigno que una persona adulta disfrute viendo dibujos animados (ya que saco el tema, AQUÍ os dejo el artículo con recomendaciones de series de animación), que pierda el tiempo con los videojuegos, que malgaste sus energías en series, películas y libros de dragones, elfos y princesas, que despilfarre dinero en maquetas, figuritas, reproducciones de armas y juegos de cartas o de mesa, o que acuda a convenciones para reunirse con otros fans de gustos similares y que se disfracen para la ocasión. Son gente de mente estrecha que no se dan cuenta de que, muy probablemente, ellos también sean frikis en algún ámbito.
Porque ser friki ya no es cosa de gente peculiar (ridícula palabra para definirlo, por cierto; cada cual es peculiar a su manera. ¡Menudo rollazo de vida si todos fuéramos iguales!). Ahora cualquier persona con una afición a la que le dedique su tiempo, atención y entusiasmo puede considerarse friki en ese ámbito. Hay frikis de los coches, de la mecánica, de la física, de las matemáticas, de un deporte, del gimnasio, de la bicicleta, de salir a correr, de una serie o película en concreto, de una banda musical, de un tipo determinado de comida o bebida, de… La lista es interminable. Solo hace falta pasarse por las redes sociales y ver la inmensa cantidad de temáticas de las que se habla y la emoción con que se hace.
Bueno, ahora que ya sabemos qué es ser friki y que todos tenemos un terreno en el que nos podemos considerar como tal, llega el momento de responder a la pregunta que hice al principio: ¿qué tiene de especial el 25 de mayo? Pues ni más ni menos que se celebra el Día del orgullo friki.

Es un día para celebrar y reivindicar todos nuestros gustos y hobbies, para darnos un atracón de películas de esa saga que tanto nos gusta, para reunirnos con nuestros colegas y convertirnos, una vez más, en nuestro querido personaje y dedicarle horas y horas a esa aventura de rol en la que el destino del mundo depende de nuestras decisiones. Es un día para disfrutar de lo que nos gusta y gritarlo, con la cabeza bien alta, para que el mundo entero lo oiga.
Como dato adicional, os diré (por si no lo sabíais) que el origen de este día es español y que data de 2006, cuando el bloguero Señor Buebo organizó a través de internet la primera celebración del orgullo friki. El movimiento no tardó en extenderse a otras partes del mundo y cobrar carácter oficial. Desde entonces, el evento sigue repitiéndose cada año, cada vez con más gente y actividades.
La fecha, el 25 de mayo, no fue una elección al azar. Se trata de un homenaje a Star Wars, ya que tal día como este, pero de 1977, se estrenó la primera película de la saga. Además, coincide con el Día de la toalla (celebrado en honor del escritor Douglas Adams y su Guía del autoestopista galáctico) y el Magnífico 25 de mayo, celebración importante en el Mundodisco de Terry Pratchett.

Para terminar, me gustaría emular a mis compañeros cylconitas, que han publicado ESTE MARAVILLOSO ARTÍCULO en el blog de la asociación, y hablaros de mis orígenes frikis.
La verdad es que, en este sentido, tengo una pregunta: el friki, ¿nace, o se hace? Porque yo no tengo ningún recuerdo específico de cuándo me pasé a este lado oscuro. A veces pienso que nací así, pero también es posible que le fuese cogiendo el gusto a estos mundillos desde bien pequeñito a base de pequeños detalles. No en vano, siempre me han encantado películas como Star Wars, Indiana Jones, Gremlins, Willow, Conan, Jurassic Park, Batman, Superman, etc., y ya de un poco más mayor (pero no mucho) el terror me atrajo como una vela a la polilla con otras como Pesadilla en Elm Street, Viernes 13, Alien, It, La profecía, etc., o autores como Stephen King o Dean Koontz. En el fondo, creo que da igual, que lo importante es disfrutar del viaje, de ser friki sin complejos, de gozar de lo que nos gusta y compartirlo con quienes nos rodean.
¡FELIZ DÍA DEL ORGULLO FRIKI!