Sinopsis: «Primavera de 1935, al norte del Duero.
Céline Perrault, una maestra francesa, acepta un empleo como profesora en un internado de las montañas leonesas. La situación política en España es convulsa, pero su preceptora tiene motivos para considerar que le conviene salir de Francia.
Nada más llegar a su destino, coincide con un grupo de idealistas empeñados en revitalizar un proyecto que buscó acercar la cultura a las zonas más pobres y aisladas del país: las Misiones Pedagógicas.
La ilusión y la simpatía que despiertan en Céline las ideas de sus nuevos amigos chocarán con los prejuicios a los que deberá hacer frente en el internado, además de con los recelos de uno de ellos, Miguel Montalvo, un estudiante de zoología que parece esconder un secreto y que no se acaba de fiar de ella.
Lo peor es que no anda del todo desencaminado; también Céline, al igual que él, tiene mucho que ocultar. Pero eso no quiere decir que no acaben congeniando, aunque solo sea gracias a su común debilidad por unas criaturas que habitan en la montaña y alrededor de las que circulan multitud de leyendas: los lobos».

Hay libros que, antes de empezarlos, ya sabes que te van a gustar. Puede ser por la temática que tratan, por la sinopsis de su contraportada, porque confías en el criterio de la persona que te lo ha recomendado… O, simplemente, por quién lo ha escrito.
Ya os presenté a Beatriz Alcaná cuando le dediqué ESTA ENTREVISTA hace casi año y medio. En ella, la autora salmantina nos habló de Teseo en llamas (podéis leer su reseña AQUÍ), novela con la que cosechó merecidas y numerosas nominaciones y premios. Con semejante precedente, y conociendo a Bea y su destreza para contar historias, era cuestión de tiempo que me lanzara de cabeza a por su siguiente publicación en cuanto se presentara la oportunidad. La ocasión llegó, como podéis adivinar gracias a encabezado de esta reseña, con El evangelio del lobo.
¿Acerté con mi predicción de que me iba a gustar? Para esa pregunta solo hay una respuesta posible: un rotundo sí.
Y eso que partimos del hecho de que, atendiendo a la sinopsis, no es el tipo de historia que me atraiga. La novela nos lleva al periodo precedente a la Guerra civil española para contarnos las vicisitudes que sufren una serie de jóvenes cuya pasión es la enseñanza en un entorno bastante reacio a cualquier cosa relacionada con la cultura. Según lo cuento, podría parecer una novela costumbrista con tintes de histórica; podría reflejar en los personajes las diferencias ideológicas y políticas de una época convulsa; podría tratar de la difícil relación entre lugareños y forasteros; podría hablar del poder y la influencia que tenían la iglesia y los terratenientes sobre las gentes más humildes del pueblo; podría retratar el diferente trato que reciben las personas según su procedencia sea más humilde o más acaudalada; podría ser incluso una historia de amor.
Vale, sí, es todo eso que he dicho. Pero hay más. Hay de esas cosas que tanto me gustan (de las que dan nombre a esta humilde página web), pinceladas que la autora sé que va a incluir. No se puede decir que El evangelio del lobo sea una novela de fantasía ni de terror, pero sí que juega con los límites de ambos géneros. Las noches de Castroblanco (Bea, este nombre no vendrá inspirado por cierto juego, ¿verdad?), un pueblo en medio de las montañas leonesas, están envueltas por las leyendas de lobisones (versión del hombre lobo procedente del folclore gallego). Leyendas que corren por el internado de señoritas cercano al pueblo que se cuentan las niñas para meterse miedo, o las más serias que circulan entre los lugareños cuando los lobos (y lo que no son lobos) hacen de las suyas entre el ganado.
«—Tengo que volver con ellas —insistió después de darle las gracias a su particular enfermero—. Deben estar asustadas. Creen que eso que hemos visto ahí abajo es un hombre lobo.
—Y usted, ¿qué es lo que cree haber visto? —quiso saber él, cuidándose mucho de manifestar su opinión al respecto.
Ella se encogió de hombros. La verdad era que no tenía ni idea.
—A menudo vemos solo lo que otros se empeñan en hacernos ver».
El evangelio del lobo
Beatriz Alcaná
Eso sí, que no te engañe lo que acabo de decir. No te esperes una historia clásica de hombres lobo, con un licántropo que anda por ahí aterrorizando a las buenas gentes. Todo queda en rumores, en creencias, en lo que alguien oyó, vio o creyó ver; será el lector quien se encargue de montar sus propias teorías, que podrán ser acertadas, fallidas, resueltas o dejadas sin respuesta.
La que sí que no engaña es la autora con su forma de escribir. Tiene un estilo elaborado a la vez que cercano, sencillo de leer pero no simple, que retrotrae a esas épocas pasadas de hace casi un siglo pero sin parecer anticuado. Puede que esto que digo resulte un tanto confuso, que parezcan ideas opuestas e incompatibles, pero no sé explicarlo de otra manera. Solo puedo aseguraros que funciona a la perfección. Lo mismo sentí cuando leí Teseo en llamas o Echidna, pero creo que ese efecto aquí es superior.
A pesar de que el ritmo de la historia es pausado, ese estilo hace que la lectura no se haga pesada. Las cosas suceden con tiempo, sin apresurarse. En su mayoría son pequeños acontecimientos que contribuyen a darle forma al cuadro completo, ya sea en el pueblo o en el monasterio reconvertido a internado, y que poco a poco nos van dibujando a cada uno de los personajes.
Ese es otro punto, el de los protagonistas, muy logrado. Ninguno tiene una fuerza arrolladora que te haga caer prendado de él, aunque cada página que pasamos se convierte en una capa más en sus personalidades. No diría que son complejos, pero sí tridimensionales, con fondo. Y ya si atendemos a los diálogos, a la forma individual que tienen de expresarse, vemos que cada uno es único, que tienen su propia voz.

Bueno, como podéis comprobar, El evangelio del lobo me ha gustado mucho. Ignoro si le reportará a Beatriz tantos éxitos como Teseo en llamas, pero lo que sí sé es que no los desmerece. El tiempo lo dirá.
Lo que ahora quiero es que seáis vosotros quienes me digáis qué os parecen las historias de hombres lobo. ¿Cuál es vuestra favorita? Ya sabéis, más abajo hay un cajetín para que dejéis vuestros comentarios al respecto, o también sobre cualquier otra cosa que se os ocurra. ¡Nos vemos!