Trilogía El ángel de la noche
Brent Weeks

01/10/2024

Sinopsis: «El asesino perfecto no tiene amigos, solo objetivos…

La muerte es un arte, y Durzo Blint lo ejecuta a la perfección, sea en una callejuela oscura o en las grandes estancias de palacio. Incluso el poderoso Sa'kagé, la organización criminal que mueve los hilos y los intereses en la ciudad de Cenaria, lo respeta.

La vida carece de valor si se ha nacido en las calles, y para Azoth la única manera de escapar a la miseria y el miedo que siempre lo han acompañado es ser temido antes que temer, matar antes de que lo maten. Si quiere sobrevivir, debe convencer a Blint de que lo acepte como aprendiz.

Pero aprender a asesinar con el mejor exige más que un duro adiestramiento. Hay que cambiar de identidad. Hay que olvidar el pasado y aquello en lo que se creía. Hay que aprender a moverse como las sombras en un mundo de intrigas donde nobles, plebeyos y criminales son meras piezas en una partida que acaba de empezar».

Trilogía El ángel de la noche, de Brent Weeks
Cubiertas de las ediciones de bolsillo

Hace unos años se me ocurrió realizar un artículo recomendado algunas lecturas de fantasía (podéis leerlo AQUÍ). Reconozco que no era la lista más original que uno se podía echar a la cara a no ser que estuviera iniciándose en este género. Aun así, había algún que otro título (trilogía en realidad, porque todas las obras estaban compuestas de tres novelas) que, sin dejar de ser famoso, sí era menos conocido por una parte del público. El ángel de la noche, de Brent Weeks, compuesta por El camino de las sombras, Al filo de las sombras y Más allá de las sombras, fue una de esas trilogías.

Yo la leí a principios de la década de 2010 (no recuerdo muy bien el año, pero no hacía mucho que el tercer libro había llegado a España) y la historia, aunque dejó un agradable poso por aquel entonces, estaba prácticamente desaparecida de mi mente. Así que no hace mucho me propuse volver a ella, a ver si las sensaciones eran de nuevo similares.

Y sí, afortunadamente lo fueron.

Bueno, supongo que, más allá de contaros si El ángel de la noche me gusta más o menos, esperaréis de esta reseña conocer algo más de la trilogía. Así que vamos al lío.

Para empezar, debéis saber que la sinopsis que hay más arriba pertenece al primer libro, El camino de las sombras. Poner la del segundo o el tercero habría implicado meter algún spoiler importante, porque la historia evoluciona mucho entre las diferentes partes. Sobre todo en lo que a la escala de los acontecimientos se refiere, aunque de eso hablaré más adelante.

«—¿Qué es un rey sin honor? —preguntó Garuwashi—. Estos hombres lo significan todo para mí. Me han seguido desde aldeas y ciudades hasta tierras extranjeras. Adonde yo he ido, ellos me han acompañado. Cuando he ordenado a cien que tomaran una colina, a sabiendas de que costaría la vida a noventa, han obedecido. Son leones. Si tienen que morir, deberían morir en batalla, no deshonrados por su señor».

Más allá de las sombras

Brent Weeks

Antes debemos conocer un poco el mundo en el que nos encontramos: un mundo a medio camino entre el medievo y el renacimiento, sucio y cruel, repleto de intrigas, traiciones y lealtades sinceras. Vamos, que nos adentramos en territorio grimdark. Para quienes hayáis leído a Joe Abercrombie, los escenarios recuerdan mucho a los que nos encontramos, por ejemplo, en La primera ley. Sin embargo, lo que más diferencia estas dos trilogías son el tratamiento que se da a los personajes: mientras que Abercrombie no mete a una persona moralmente íntegra y fiel a sus principios en sus historias ni aunque le torturen (si encontráis alguno, no os fieis, es solo cuestión de tiempo que os sorprenda), los personajes de Weeks abarcan un aspecto moral mucho más amplio (aunque también haya alguno que otro que nos puede dejar con el culo torcido). A rasgos generales, me atrevo a decir que aquí hay mucho más buenismo que en el otro lado.

En cuanto al mundo en sí mismo, la historia se desarrolla dentro del continente de Midcyru. Es curioso porque, al menos a mí me dio esa sensación, no es demasiado grande, pero cada país representado tiene una cultura muy diferente del resto, mostrando una gran diversidad similar a la que podemos encontrarnos en nuestro propio mundo pero en una extensión más reducida.

El camino de las sombras se desarrolla principalmente en Cenaria, capital del país con el mismo nombre. Se trata de una ciudad en la que reina la desigualdad, con una parte rica donde mercaderes y algunas familias nobles viven en la abundancia (no todas, aunque hay que aparentar), y las Madrigueras, unos suburbios cada vez más pobres donde el Sa’kagé (algo similar a la mafia) no solo gobierna, sino que promueve el robo, el asesinato, la prostitución, la extorsión, las intrigas… sin que las autoridades puedan hacer nada en su contra.

El protagonista es Azoth, un niño desafortunado que tiene que robar y mendigar para poder malvivir junto a otros de su misma condición; para escapar de esa vida, Azoth desea entrar al servicio de Durzo Blint como su aprendiz. Durzo es un ejecutor, algo parecido a un asesino a sueldo pero con magia y de un nivel que raya en la infalibilidad. A pesar de sus negativas, Azoth consigue su propósito y se convierte, para ocultar su verdadera identidad, en Kylar Stern, el supuesto hijo de un noble venido a menos que vive lejos de la ciudad. De esta forma comienza la vida como ejecutor de Kylar, una vida repleta de sacrificios que le ponen a prueba una y otra vez, muy pocas veces con final satisfactorio para él, independientemente de que supere dichas pruebas o no.

«Un asesino hace todo eso bien. Por eso los asesinos tienen blancos. Los ejecutores tienen murientes. ¿Por qué los llamamos murientes? Porque, cuando aceptamos un encargo, el resto de sus cortas vidas es un puro trámite».

El camino de las sombras

Brent Weeks

La moral de Kylar, poco compatible con la razón de ser de un ejecutor, hace de él un personaje entrañable al que vemos crecer. En cambio, con Durzo no hacemos más que ir del amor al odio, y viceversa, en unas pocas frases, quizá por tratarse de un personaje muy interesante con acciones y palabras más bien cuestionables; sin embargo, a medida que se avanza, lo vamos entendiendo y comprendiendo un poco más.

Otro personaje que destaca es el de Mama K. Forma parte del Sa’kagé, encargándose del control de la prostitución en las Madrigueras; pero, más allá de eso, se trata de una mujer que cuida de la única forma que sabe y con las herramientas que posee de la gente menos afortunada. Se la puede tachar de muchas cosas pero, al igual que Durzo, acaba abriéndose un huequecito en nuestro corazón.

Estos son solo algunos de los personajes, pero la trilogía nos presenta muchos más: Logan de Gyre, Elene, Uly, el conde Drake, Solon Tofusin, Dorian, Feir Cousat, Viridiana Sovari, Garoth Ursuul, Neph Dada, la hermana Ariel, Jenine de Gunder, Khali… Vamos, un elenco muy numeroso e interesante.

Ahora que ya os he hablado del mundo y de los personajes, ha llegado el momento de retomar lo que os comentaba antes sobre la evolución de la historia y cómo va creciendo la escala a la que nos enfrentamos.

Para empezar, El camino de las sombras se desarrolla principalmente en la ciudad de Cenaria, contándonos la transformación de Azoth en Kylar mientras las intrigas entre el gobierno oficial y el Sa’kagé desembocan en algo bastante más gordo. Al filo de las sombras amplía la historia al país, teniendo que lidiar con una invasión y donde los conflictos internacionales se empiezan a hacer patentes, con un Kylar debatiéndose entre hacer lo que mejor sabe hacer y lo que realmente quiere hacer. En Más allá de las sombras, en cambio, el escenario abarca ya todo el continente, asumiendo cada personaje el lugar que le corresponde en una guerra en la que se pone en juego el devenir de todo el mundo.

Ilustración de un ejecutor, atavido con capucha, capa y dos espadas
Esta es la imagen de un ejecutor, la máquina perfecta de matar. Puede ser Durzo, o tal vez sea Kylar; hay está lo interesante, nunca se sabe quien se oculta tras la máscara… si es que llegas a verla. Esta ilustración está sacada de la cubierta original de El camino de las sombras

Esta evolución, sin embargo, no resulta forzada, ya que desde el primer momento se van poniendo los cimientos para subir al siguiente escalón. Muchos de los personajes de los que os he hablado antes pueden parecer en un principio añadidos innecesarios, pero que en un futuro se convierten en protagonistas de tramas que, a su vez, acaban convergiendo en el futuro en la trama principal. Conocerlos de antes, cuando apenas eran unos invitados intranscendentes y casi molestos, hace que todo fluya con mucha más naturalidad.

Claro está, para que todo esto discurra por un buen cauce, es muy importante la mano del autor. La lectura se hace bastante amena, integrando bien las escenas de acción con las descriptivas. Esto tiene especial repercusión teniendo en cuenta la diversidad anteriormente mencionada, ya que si dedicara párrafos enteros a describir con detalle cada vez que encontramos un personaje o escenario nuevo, no sería de extrañar que el libro volviera a la estantería a coger polvo. A pesar de ello, consigue dibujar con acierto las imágenes sin resultar pesado, dejando huecos que la imaginación del lector pueda rellenar de forma sencilla. Con los diálogos pasa algo similar, logrando conocer a través de ellos qué sienten y cómo actúan los personajes. Puestos a ponerle alguna pega a la lectura, la gran cantidad de nombres que aparecen logran cierto efecto de confusión, sobre todo cuando los acabamos de conocer o cuando hacía muchas páginas (o capítulos) que no aparecían en escena. En el fondo es algo lógico al tratar con un elenco tan numeroso, pero es un efecto que se acaba minimizando a medida que avanzamos con la lectura.

«Caernarvon era el oro y el oropel reluciente de la esperanza. Su vicio era la codicia. A sus ojos, cualquier mercader de la ciudad era el magnate de un próximo imperio comercial. Cenaria era el manto asfixiante y apestoso de la desesperación. Su vicio era la envidia. Nadie construía imperios allí. La gente solo quería un pedazo del de algún otro».

Al filo de las sombras

Brent Weeks

Como habéis visto, todo lo que os he contado son buenas muestras de por qué la trilogía El ángel de la noche entró en mi artículo de recomendaciones de fantasía. Así que, una vez más, vuelvo a la carga y os invito a que la leáis. ¿O ya lo habéis hecho? Si es así, comentadme en el cajetín que hay habilitado más abajo qué os parecieron estos libros; o decidme que otras novelas (o trilogías) de fantasía recomendaríais; o cualquier otra cosa que se os ocurra. Ya sabéis que en De terror y fantasía estamos deseosos de conocer vuestra opinión. ¡Nos vemos!