Memorias de hielo
Malaz: el libro de los caídos III
Steven Erikson

01/10/2023

Sinopsis: «Una fuerza aterradora ha surgido en el continente asolado de Genabackis. Como una marea de sangre corrompida, el Dominio Painita cruza el continente como lava hirviente que consume a todos los que no escuchan la palabra de su profeta, el Vidente Painita. En su camino se interpone una alianza incomoda: la hueste de Dujek Unbrazo y los veteranos Abrasapuentes de Whiskeyjack, junto con antiguos adversarios: el caudillo Caladan Brood, Anomander Rake y sus tiste andii. Superados en número y desconfiando de todo y de todos, deben hacer llegar el mensaje a cualquier posible aliado, incluyendo las Espadas Grises, una hermandad mercenaria que ha jurado defender a toda costa la ciudad sitiada de Capustan. Pero son más los clanes antiguos que se están reuniendo. Los t’lan imass se alzan para responder a una antigua llamada primitiva. Algo maligno amenaza este mundo: las sendas están envenenadas y abundan los rumores sobre un dios que se ha deshecho de sus cadenas y está empeñado en vengarse…».

Cubierta de Memorias de hielo, de Steven Erikson
Cubierta de Memorias de hielo

Reseñar una obra de la magnitud de la saga de Malaz: el libro de los caídos es una tarea un tanto complicada, sobre todo cuando vas por el tercer volumen y te encuentras más de lo mismo. A ver, que no lo digo como algo malo. Más bien todo lo contrario; todos los elogios que dediqué a Los jardines de la luna y a Las puertas de la Casa de la Muerte, volúmenes I y II respectivamente, podrían copiarse aquí directamente, palabra por palabra, y darían una muestra real de lo que es Memorias de hielo. Así que, a causa de no repetirme demasiado, puede que la reseña de este libro sea más corta que las de sus predecesores.

Steven Erikson, el autor de la saga, mantiene ese estilo tan duro y, a veces, casi salvaje que nos obliga a enfrentarnos a una historia y unos hechos a los que no tenemos ni pajolera idea de cómo hemos llegado. Por suerte, en esta ocasión ya tenemos cierto contexto gracias a las dos novelas anteriores y resulta más sencillo saber por dónde van los tiros, así que no tardamos en darnos cuenta de que Memorias de hielo prosigue la historia narrada en Los jardines de la luna, quedando aparcados de momento los acontecimientos acaecidos de en Las puertas de la Casa de la Muerte.

Gracias este conocimiento previo sobre el mundo en que nos encontramos, podemos vislumbrar por primera vez el posible hilo conductor de toda la saga. Cierto es que solo tenemos un puñado de piezas de un puzle mucho más grande, pero son piezas que encajan entre ellas con cierto sentido. Además, creo que el autor se ha ablandado un poco (tampoco demasiado, digamos que el bate con que nos golpea ahora tiene un ligero acolchado), ya que hay momentos en que nos explica más cosas de lo que nos suele tener acostumbrados, ofreciéndonos pinceladas que nos ayudan a comprender el entorno, el pasado reciente y lejano del mundo, el funcionamiento social en algunos países o ciudades, el entorno personal de algunos protagonistas o las relaciones entre ciertos personajes.

Ilustración del vidente painita
Esta ilustración del vidente painita ha sido utilizada para la cubierta de una edición más reciente de Memorias de hielo

Como no podía ser de otra forma, la historia es abordada desde varios frentes diferentes, inconexos en apariencia, pero que con el paso de las páginas van acercando sus destinos hasta el punto de entrelazarse. Es por ello que conoceremos un buen puñado de personajes nuevos a los que no tardaremos mucho en coger cariño, manía o incluso temor reverencial. Por supuesto, muchos de los que ya conocimos en el primer volumen regresan para seguir dando guerra, aunque algunos de ellos no son tal y como los recordábamos.

Y es que la transformación es una constante a lo largo de toda la historia: enemigos que se convierten en amigos y aliados que traicionan a los suyos; mortales que ascienden a dioses y dioses que pierden su poder e influencia; muertos que regresan y personajes queridos que mueren. Bueno, no todo esto es exacto, hay un montón de matices para cada uno de los posibles ejemplos, pero sirve para dar una idea de a qué me refiero.

En cuanto a la trama en sí, nos encontramos con una historia tal vez un poco más bélica que en los anteriores libros, sumergiéndonos durante varios pasajes en auténticos asedios, incursiones, escaramuzas, batallas y peleas. Tal vez sean estos capítulos los que más pesados se me hicieron, ya que en ocasiones se detallan demasiado los pormenores tácticos, aunque también debo reconocer que nunca termina de perder el foco sobre los personajes que interactúan en esos momento, logrando que no podamos evadirnos del conflicto sin dejar de preguntarnos por el devenir de nuestros personajes favoritos.

Como dije al principio, poco más se puede contar sobre este libro sin caer en la repetición de lo ya comentado en los otros libros de la saga, salvo ofrecer mi valoración personal. Si en su momento dije que Las puertas de la Casa de la Muerte es ligeramente inferior a Los jardines de la luna, considero que Memorias de hielo está un poco por encima de ambos. Ahora queda recuperar fuerzas para enfrentarse La casa de cadenas, tomo cuarto de Malaz: el libro de los caídos.

Ilustración de unos T'lan Imass luchando contra un cazador K'ell
Los cazadores K'ell son la élite de los K’Chain Che’Malle, unas temibles criaturas similares a dinosaurios pero con largas hojas afiladas en lugar de brazos

Eso sí, no quiero despedirme sin preguntaros: ¿Os habéis atrevido ya a adentraros en esta saga tan particular? ¿Qué libro de Malaz es vuestro favorito? Ya sabéis que estoy deseoso de leer vuestros comentarios, que podéis dejar haciendo uso del cajetín que hay más abajo. Y, por supuesto, que seréis más que bienvenidos si decidís apoyarme con una suscripción al boletín de De terror y fantasía. ¡Nos vemos!