Sinopsis: «El código pirata castiga con la muerte a aquel marinero que ha cometido un acto de deslealtad. Taryn es una traidora a ojos del mundo, por lo que se ve obligada a huir de todo lo que conoce, y a refugiarse en Isla Latrones, para vivir en el anonimato y convertirse en una persona completamente diferente. Cuando el pasado vuelve en su busca después de una larga espera, debe asumir su deshonrosa reputación para hacer justicia y conseguir el perdón que tanto necesita.
Para ella, no poder navegar es sinónimo de muerte en vida, pero enfrentarse a sus actos tampoco es fácil. Menos aún si estos desencadenan su peor pesadilla.
Un mítico tesoro, un sueño de juventud, una venganza personal y treinta y un días para llegar a una isla evanescente marcarán el rumbo de su navío para demostrar que es una verdadera pirata».
Crónicas del mar: Venganza, publicado por Ediciones Freya, es el debut como novelista de Andrea D. Morales. Se trata de la primera parte de una bilogía que tiene su continuación en Crónicas del mal: Legado y, a pesar de ello, se puede leer de forma autoconclusiva.
Para quienes no hayan adivinado todavía de qué va, Crónicas del mar es una historia de piratas. La protagonista es Taryn, una joven por cuyas venas corre la sangre del pirata más importante que navegara por aquellas aguas durante las últimas décadas. A diferencia de lo que se podría esperar, a Taryn nunca se le negó la vida pirata, por lo que creció como uno más en un mundo acaparado por hombres (salvo alguna excepción). Esto forja en ella un carácter indómito, impulsivo y, en la mayoría de ocasiones, irreflexivo. Muchas de las situaciones que acontecen a lo largo de la historia se deben precisamente a este comportamiento.
La historia arranca cuando Taryn abandona su vida exiliada del mar, en busca de venganza, un tesoro, la redención y el perdón. Todo lo que determina esos objetivos es desconocido, pero a medida que avanza la trama se van revelando los diferentes detalles que no solo motivan a la protagonista, sino que también la dotan de una gran profundidad y complejidad como personaje.
He de confesar que la historia no es como la esperaba. Tal vez influenciado por películas como Piratas del Caribe o La isla de las cabezas cortadas, en las que la acción y las aventuras son trepidantes desde el principio hasta el fin, o la serie Black Sails, en la que el mundo de la piratería se muestra desde un ángulo más crudo y realista, me sorprendió mucho encontrarme con una novela en que las relaciones entre personajes llevan gran parte del peso de la trama. Esto de por sí no es malo, aunque forma parte de un problema que, al menos a mí, me ha desentonado un poco.
Tras la presentación de los personajes y de la situación en que se va a desarrollar la acción, da comienzo el viaje en busca de los objetivos anteriormente mencionados. Y aquí es donde me encuentro yo con la parte que menos me ha gustado. No por lo que sucede, sino por la estructura que se ha utilizado. A mi parecer, se marcan demasiado los momentos y escenas dedicadas al interior del barco (relaciones y conflictos entre los personajes, profundizar en los principales y conocer algo más de los secundarios), y las que se centran en relatarnos los escollos y enfrentamientos que se encuentran durante el viaje. Echo de menos algo más de fluidez entre ambos tipos de escenas, que unas interfirieran más en las otras y viceversa. Esta rigidez, sin embargo, se disipa en el tercio final de la novela, cuando los sueños de Taryn se desvanecen y afloran de nuevo sus peores pesadillas.
Y es que Taryn es la absoluta protagonista de esta historia (por algo está relatada en primera persona). Es un personaje lleno de virtudes y defectos, y su forma de ser no deja de tornar unos en otros. Pero, por supuesto, no es la única que reclama atención sobre sí misma. Su contrapartida masculina, Tharses, a pesar de los continuos enfrentamientos que tiene con Taryn y de los viejos rencores, es muy parecido a ella (aunque tiene diferentes principios y valores morales). Los constantes roces que surgen entre ellos (en más de un sentido) se convierten en el hilo conductor que fomenta la evolución de Taryn. También tiene parte de culpa Xenia, el otro personaje femenino, quien fragua amistad con ella y, juntas, ofrecen un alegato feminista que predica la igualdad entre hombres y mujeres en un mundo casi siempre reservado para ellos. El resto de personajes, si bien no están tan bien dibujados como los principales, tampoco son planos, y cumplen a la perfección con su función dentro del barco y de la novela.
Mención aparte merece el villano de la historia, Grenson, un pirata al que no se le ofrece un pasado para que no haya manera de justificar su maldad ni de empatizar con él. Es el malo y todos debemos odiarlo (no sin razón).
En cuanto a la edición que Freya ha hecho con Crónicas del mar: Venganza, hay que decir que sigue en su línea de cuidar muy bien sus obras. La ilustración de la cubierta es realmente chula, al igual que el mapa, los detalles que decoran cada capítulo y las ilustraciones que se esconden entre las páginas del libro, todo obra de Eicinic. Al final podemos encontrarnos con un glosario que nos facilitará la comprensión de algunas palabras específicas de los barcos y el mundo marinero. El nivel de detalle se puede apreciar incluso en la tipografía usada, con cierto aspecto de antigua pero que resulta perfectamente legible.
Como conclusión, solo puedo decir que Crónicas del mar: Venganza es un gran debut para su autora, muy aconsejable si te gustan las historias de aventuras o de piratas. En cuanto tenga la oportunidad, le echaré el diente a su secuela, Crónicas del mar: Legado, y a buen seguro encontraréis aquí su reseña.
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