Piel de sapo
Eduardo Norte

15/04/2025

Sinopsis: «Raymond no contesta. No estoy seguro de qué es lo que he hecho mal, pero Raymond no contesta. Aparece conectado, pero no contesta. Ha leído mis mensajes, pero no contesta. Sé que no debería pensar más en ello, que no debería obsesionarme, que tendría que mirar más por mí mismo, pero… Raymond no contesta.

Pasan las horas y los días, y no puedo apartar los ojos de la pantalla del móvil, del chat silencioso, de las redes sociales, vacías de amor y respuesta. Y el Melón me observa, impertérrito, desde su lugar de honor sobre la mesa. El Melón no me juzga. El Melón me comprende. Al menos tengo al Melón».

Cubierta de Piel de sapo: simulando un bodegón, se ve un melón sobre una mesa en la que hay platos, vasos y cubiertos ensangrentados; de fondo, una figura sin rasgos cuya textura parece similar a la de un melón
La ilustración de cubierta de Piel de sapo estuvo nominada al premio Ignotus 2024 en la categoría Mejor Ilustración

Hay reseñas que son muy difíciles de escribir. En muchas ocasiones se debe a lo complicado que es plasmar lo que se quiere decir en palabras y, por muchas vueltas que se le dé, no se encuentran las adecuadas; otras veces es por la apatía que genera pensar en la obra en cuestión, suficiente tuvimos al enfrentarnos a ella en un primer momento como para regodearnos otra vez en nuestro sufrimiento al recordarla; y después están los contados casos en que a uno le da apuro ser injusto con dicha obra.

Esto último es lo que me sucede con Piel de sapo, novelette escrita por Eduardo Norte y publicada por Editorial Cerbero. Está ampliamente reconocida como una gran historia, como atestiguan las numerosas valoraciones positivas que hay en Goodreads o su nominación al Premio Ignotus 2024 como Mejor Novela Corta. Pero que esté tan bien valorado no significa que guste a todo el mundo, y yo soy una de esas personas a las que no les ha gustado.

Por eso, porque quiero ser fiel a mí mismo y mostrar que De terror y fantasía es consecuente con lo que promueve, creo que debo hacer el esfuerzo de hablaros de este libro. Eso sí, si venís pensando en que voy a hacer escarnio de la obra, os habéis equivocado de sitio, porque aquí prima ante todo el respeto.

Piel de sapo nos habla del viaje del protagonista hacia la locura. Es un viaje plagado de inseguridades, de autoengaño, de toxicidad, de no dejar las cosas claras, de justificar comportamientos que nos dañan, y que acaba desembocando en el macabro asesinato de Ray, el amante/pareja del protagonista, a manos de este. Y no, aunque haya dicho «acaba desembocando», el crimen no es ningún spoiler porque ya se nos muestra en el primer capítulo. Así que el viaje del que hablo es el que nos muestra cómo hemos llegado a esa situación.

«Supe que no podría despegarme del móvil en todo el día, que no dejaría pasar un minuto sin haber ojeado la pantalla en busca de su respuesta, que aquello n ome dejaría estar tranquilo y en calma hasta que a Ray se le ocurriera responderme. ¿Cuándo sería eso? ¿En unas horas, al día siguiente, tal vez? ¿Nunca? Todo aquel tiempo con un agujero en el estómago, hueco».

Piel de sapo

Eduardo Norte

Aquí es, precisamente, donde esta historia me pierde, porque el personaje principal, que además es el narrador, me resulta insoportable. No desde el principio, aunque ya dé muestras de un carácter inseguro y dependiente; es más adelante, después de acudir en busca del consejo de Julia, su única amiga, cuando me empieza a caer mal. La pobre chica no hace más que abrirle los ojos una y otra vez, intentar ayudarle a pasar página con una lógica tan aplastante que incluso él reconoce; pero llegado el momento, el protagonista vuelve a su obsesión. Si el tema no pasase de ahí, vale, pero es que la angustia que siente no solo lo consume a él, sino a todo cuanto le rodea. Su problema es lo único que existe en el mundo, es de lo único que se preocupa, es lo único que le arrastra a actuar. Esa actitud es la que hace que la paciencia de Julia con el protagonista se agote, al igual que la mía.

Tal vez sea la cercanía de la narración lo que me provoca esa animadversión hacia el personaje. Al estar contada en primera persona nos mete de lleno en su piel, en su cabeza. Supongo que eso mismo es lo que buscaba el autor, y a buen seguro logró que muchos lectores empatizaran con la historia. En mí, en cambio, consiguió el efecto contrario. Y eso, en una novela tan corta como esta, supone un lastre demasiado grande.

Si el protagonista es el ancla emocional de la historia, hay otro elemento que sirve como contrapunto para el protagonista, un auténtico motor de cambio: el melón. Puede sonar absurdo y extravagante, pero es un melón piel de sapo, tan normal como el que comes de postre en verano. Un día aparece en la puerta de su casa y se convierte en lo único que alivia su malsana obsesión por Ray.

Fotomontaje de un melón piel de sapo sobre una maraña de zarzas al que se le han puesto ojos, nariz y boca caricaturizados
Cuidado con el melón, no vaya a ser que acabe absorviendo tu vida

Pero ¿a qué se debe ese efecto? En ningún momento de la narración (bueno, al final sí se desvela la incógnita) sabemos si es real o se trata de la desquiciada mente del protagonista. Lo cual no quita que la presencia del dichoso melón resulte inquietante.

Bueno, como dije al principio, Piel de sapo está muy lejos de formar parte de mis lecturas favoritas. Eso sí, creo que es un libro mejor de lo que me ha parecido a mí; simplemente, no soy el tipo de lector capaz de conectar historias y personajes así.

Ahora es vuestro turno. ¿Conocíais el libro? ¿Os gustan este tipo de personajes? ¿Qué le diríais al melón si lo tuvieseis delante? Contadme estas cositas usando el cajetín que hay más abajo. ¡Nos vemos!