Omega
Isabel Pedrero

12/09/2022

Sinopsis: «"Esto no es vida, primo", dice Ibán, y Alexei está de acuerdo.

Las calles de Koldport no son fáciles, hace años que han tocado fondo y cualquier plan les parece bien para salir de ahí. ¿Y si Omega Technologies tuviese la solución? Parece demasiado sencillo, una locura… ¿o una genialidad?

Pero todo tiene un precio que hay que estar dispuesto a pagar».

Cubieta de Omega
A pesar de la simpleza de la cubierta, la ilustración nos muestra más de lo que aparenta

Omega, publicada por Insomnia Ediciones, es la primera novela de Isabel Pedrero, una leonesa que ya había publicado algún que otro relato. Es, sin embargo, este libro el que la ha catapultado hacia el panorama nacional; no en vano, Omega es finalista en los premios Ignotus 2022, organizados por Pórtico (Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror) y otorgados mediante votación popular.

La historia nos sitúa en un futuro no muy lejano donde la sociedad no ha cambiado demasiado. Bueno, en realidad sí lo ha hecho, merced a un invento tan revolucionario que cambió el mundo: las cabinas de teletransporte. Pero ¿quién es responsable de semejante hito en la historia de la humanidad? Por supuesto, la compañía multinacional Omega Technologies, un conglomerado empresarial líder en tecnología que ha logrado entrar en cada uno de los hogares del mundo gracias a sus muy diferentes productos y servicios.

La novela que nos presenta Isabel entra por derecho propio en el género de la ciencia ficción, pero no trata de ciencia ficción. La tecnología futurista sirve más bien como excusa para adentrarnos en un mundo decadente donde el verdadero poder lo ostenta el sector privado. Omega Technologies es una empresa, sí, pero se la podría considerar un personaje más, el principal antagonista de la novela, representando la versión más pervertida del capitalismo en su máxima expresión.

Fotografía del libro junto a un marcapáginas
Un ejemplar en tapa dura, acompañado con el marcapáginas que venía de regalo

Si Omega es la antagonista, Alexei e Ibán son los personajes principales de la historia. Son los típicos perdedores, gente para la que la vida nunca ha sido fácil y que, por intentar sacar un poco la cabeza del fango para respirar, a punto están de perderla. Es ese afán por salir adelante lo que les lleva a idear un plan que, como dice en la sinopsis, puede ser una locura o una genialidad.

Alrededor de esta pareja de primos (en su significado de familiares, no penséis mal) y de la malvada multinacional hay otro puñado de personajes que también reciben parte del peso de la historia: una empleada de Omega, una directiva de la empresa, una genio en tecnología, una detective privada… Todas ellas juegan un papel crucial, quizá no en el argumento principal, pero sí a la hora de desvelar otros misterios.

Si leemos la biografía de la autora, nos dice que en su adolescencia se enamoró de la literatura pulp de los noventa, un género que se caracteriza por la simpleza y agilidad de sus historias. Y algo de eso se refleja en Omega. Por ejemplo, no hay descripciones grandilocuentes, sino que nos da los detalles suficientes para que podamos crear una imagen en nuestra cabeza. Esto también se hace patente en los personajes, en los que se crea un efecto que me ha sorprendido: puede parecer que muchas veces se queda en lo superficial, como si fueran meros bocetos, pero las pinceladas que nos ofrece de cada uno bastan para darles profundidad y una personalidad propia.

He de reconocer que, cuando decidí empezar con esta novela, me sorprendió el alto ritmo de lectura. Aunque no es una historia demasiado larga, las páginas iban cayendo a una velocidad pasmosa y, sin apenas darme cuenta, me planté en el cuarto final del libro. La sensación que tenía era de que todavía quedaba mucho por dilucidar, pero el final, si bien no es cerrado, si puede resultar satisfactorio.

Detalle interior del libro, con el comienzo de un capítulo a la derecha y una ilustración a la izquierda, con una parez de ladrillo y un cartel en el que se lee Omega y con un código QR
La maquetación interior tiene muchos detalles. ¡Incluso el código QR funciona!

Tengo entendido que había planes para una segunda parte, pero desconozco en qué estado se encuentra ni su futuro (si sirve de algo, desde estas líneas aliento a Isabel a que siga adelante con la continuación de Omega). Esto se debe a que, por desgracia, el panorama editorial no está pasando por sus mejores momentos y son varias las editoriales pequeñas que se están viendo obligadas a cerrar sus puertas, e Insomnia Ediciones es una de ellas. Por eso mismo, quiero aprovechar para animaros a comprar a este tipo de editoriales; son ellas las que más se atreven a publicar a autores desconocidos, las que se arriesgan con historias diferentes, las que más mimo y cariño ponen en el producto que llega hasta los lectores. Todo apoyó será bien recibido por su parte y ayudará a mejorar la salud del sector.

Después de esta breve reflexión, quiero concluir la reseña recordándoos que Omega es flamante finalista en los premios Ignotus 2022 en la categoría de novela. Curiosamente, otra de las novelas que opta al premio es Brujas de arena, de Marina Tena Tena, cuya reseña podéis leer en ESTE ENLACE.

Ahora, decidme: ¿Os gusta la ciencia ficción? ¿Qué opináis de la literatura pulp? ¿Adónde viajaríais si tuvieseis a mano una cabina de teletransporte? Podéis contármelo en el cajetín habilitado para comentarios que hay un poco más abajo. Y ya si os suscribís al boletín de De Terror y Fantasía sería la caña. ¡Nos vemos!